Refuerzos de la A a la Z (II)
#10 | Segunda entrega de este glosario de un elemento por letra que repasa diferentes incorporaciones que hizo Newell's a lo largo de los años. Arrancamos por nuestro Ángel y terminamos en Ze Turbo.
Ángel: Mirá si nos vamos a preocupar por el de ellos si nosotros ya tuvimos uno. Fabián Ángel llegó desde Junior de Barranquilla a préstamo por un año en junio de 2022 como la gran promesa del fútbol colombiano, se lesionó la rodilla a muy poco de andar y se terminó yendo del club a los seis meses, con denuncias por mala praxis al cuerpo médico. Su saldo con la camiseta de Newell’s fueron 27 minutos en un 0 a 0 contra Racing y otros 14 en triunfo contra Aldosivi por la Copa Argentina. Voy, me lesiono y vuelvo.
Borges: Ya hemos hablado alguna vez de cómo el Profe Castelli se fue cebando con las contrataciones exóticas después de haberla pegado con el Pájaro Siviero y Pachorra Smaldone. Al brasilero Marcos Borges lo reclutó de una escuela de fútbol en Estados Unidos, lugar al que Newell’s había ido a hacer la pretemporada en enero de 1995. Jugó 5 partidos y le metió un gol a Argentinos Juniors. Era habilidoso, pero tenía más pinta de bailar “Segure o tchan, amarre o tchan, segure o tchan tchan tchan” que de jugar al fútbol.
Camacho: Uno de los tantos que forman parte del universo de jugadores paraguayos que no funcionaron. Néstor Camacho venía precedido de buenas campañas en Libertad —donde fue campeón— y en Rubio Ñu, incluso el Tata Martino lo convocó un par de veces a la selección de Paraguay después del Mundial 2010. Acá llegó en 2011, estuvo una temporada, y no pasó nada. Hoy se encuentra en el tramo final de una carrera en la que jugó más de 550 partidos y convirtió casi 150 goles.
Del Castillo: Los dirigentes de Newell’s se tomaron de manera literal ese tópico fontanarrosesco de “el que es bueno, pero bueno de verdad, es el hermano” y a mediados de 2018 lo contrataron al hermano del Kun Agüero. Gastón Del Castillo pasó un año en el club y, por supuesto, no jugó un solo partido ni pisó jamás la primera división.
Evangelista: El puesto de lateral izquierdo supo de incorporaciones dudosas o ineficaces, como Gerardo Meijide, Cebolla Giménez, el Mugre Corvalán, Germán Voboril, el actual Alejo Tabares, Lautaro Trullet (que jugaba por ambas puntas), Bruno Pittón y siguen firmas. Pero con Fernando Evangelista se rompió el perrómetro. Jugador pampeano, formado en Boca y escasamente perfeccionado en Unión y Atlético Tucumán, llegó en 2018 y jugó 11 partidos en la transición entre el Chocho Llop y Omar De Felippe. En su defensa se puede argumentar que jugó en una época donde las derrotas eran moneda corriente, tan cierto como que no acertó una actuación meritoria en todo su paso por el club.
Fattori: Hoy la rompe en Argentinos Juniors y la temporada pasada la rompía en Huracán. Llegó en 2015 desde Nueva Chicago —su club de origen— por pedido expreso del Tolo Gallego. No le erró en su olfato como captador pero sí en su pericia como entrenador en su efímera segunda etapa: el equipo anduvo muy mal y a Federico Fattori le costó asentarse. Para colmo, en su debut contra Independiente lo lesionaron de una patada en el tobillo. Cuando Bernardi reemplazó a Gallego, le avisó al Pelado que no lo tendría en cuenta. Jugó solamente 6 partidos.
Guanini: Sin palabras.
Hoyos: Formado en el club, salió a prestamo entre 2011 y 2014 a San Martín de Tucumán y Gimnasia de Jujuy “para sumar rodaje”. Volvió con el rodaje a cuestas después del mundial de Brasil y fue el primer arquero titular de la era Raggio. En su debut contra Talleres de Córdoba por Copa Argentina perdimos 3 a 1 y Lucas Hoyos se comió el primero por estar adelantado innecesariamente, y en el tercero la pelota le pasó por debajo del cuerpo. Esa actuación poco fiable convenció al DT de la necesidad de traer otro titular (ver letra U) y quedó relegado al banco de suplentes. Terminó la temporada, se venció su contrato y partió. Creíamos que definitivamente. Pero no: volvió en forma de refuerzo en 2023 de la mano de Heinze (insertar emoji de persona con los hombros encogidos y las palmas de las manos hacia arriba).
Ivanovic: Otros de los refuerzos de la era Castelli post salvación del descenso en 1994, aunque es posible que al bueno de Amílcar (surgido en Platense y de buen paso por Vélez) no lo haya pedido él: jugó en Reserva durante toda su estadía en el club y se fue en diciembre de 1994 sin pisar primera.
Joel Amoroso: Lo hemos hostigado parejo a Amoroso, tal vez injustamente. Visto a la distancia, fue un refuerzo rendidor (sobre todo, en comparación con los que llegaron después), aunque un poco caro: un millón de dólares. Surgió de la Liga Venadense, allí lo conoció Javier Osella y se transformó en una especie de jugador fetiche de él y de su hermano Diego: lo llevaron a Olimpo, a Newell’s, a San Luis de Quillota de Chile y a Melgar de Perú. Con la rojinegra jugó 40 partidos y metió un gol, un cabezazo poco ortodoxo contra Talleres en Córdoba para empatarlo 1 a 1 en el quinto minuto de descuento.
Kilpatrick: En 1948 hubo una precuela de López y quisimos sacudir el mercado trayendo a tres escoceses. Salió más o menos como lo de Mtawalli. (Lo cuenta el periodista Alejandro Fabbri en esta breve nota).

Lucas Melano: Uno al que le dijeron que Newell’s tiene buena cobertura de salud y vino al club a atenderse gratis. Llegó el 30 de agosto de 2022, ya con el libro de pases cerrado, como cupo extra para reemplazar al lesionado Vangioni. Se tomó el rol tan en serio que él también se lesionó antes de debutar. Se fue sin jugar un solo minuto.
Messi (el primo de): Seis meses después de incorporar al hermano del Kun Agüero, la comisión directiva encabezada por Cristian D’Amico fue por más y en enero de 2019 contrató Emanuel Biancucchi, el primo de Messi. Emanuel también se inició en las infantiles de Newell’s y luego partió al exterior en busca de aventuras. Su primer destino importante fue Alemania: entre 2008 y 2010 jugó en el 1860 Múnich, que por entonces militaba en segunda división —desde 2018 lo hace en tercera—. En 2011 se mudó a España, cerca del primo, al Girona Fútbol Club de Cataluña, cuando todavía no se había asociado al City Group y era un club de segunda. Pero allí duró seis meses nomás. De ahí en adelante su carrera se desarrolló entre diferentes equipos de Paraguay y Brasil, tuvo un paso por Perú, y de ahí vino a Newell’s a cumplir su sueño de jugar en club del que era hincha de chiquito. Si la idea de D’Amico fue pergeñar un Operativo Seducción a Leo a partir del ejemplo de su primo, hay que decir que le salió mal: Biancucchi recién jugó su primer partido el 9 de junio, en la eliminación por penales contra Sportivo Las Parejas por los dieciseisavos de final de la Copa Santa Fe. En primera, por los torneos de AFA, jamás alcanzó a debutar. A partir de enero de 2020, siguió su carrera en el Vila Nova de Brasil.

Navarro: En la entrega anterior de Refuerzos de la A a la Z contamos lo que se decía Odriozola, que llegó en la temporada 1992/93 por recomendación de Bielsa (“ya se había ido del club pero estaba la fantasía de que sugería jugadores porque él volvería pronto y quería tener el equipo armado”). Bueno, con el paraguayo Daniel Navarro se decía lo mismo. Y al igual que Odriozola, también resultó un fiasco.
Ñ. Por la indudable cercanía con su apodo, alguna vez tendríamos que haber traído al Ñol Solano.
Osorio: Llegó a sus 31 años, cuando ya había pasado por Huracán, All Boys, Argentinos Juniors, Lecce de Italia, Talleres de Córdoba, Numancia de España y Quilmes. Se incorporó a comienzos del Apertura 2005 para pelearle el puesto al Tanque Silva cuando el equipo era dirigido por el pintoresco entrenador chileno Juvenal Olmos. Durante ese semestre jugó 12 partidos y marcó un gol. Luego de su paso por Newell’s, Osorio volvió a Argentinos Juniors y enseguida se retiró. Sin embargo, no se fue de las noticias. Primero por un romance con Nazarena Vélez y más tarde por una acusación de abuso en la vecina ciudad de San Nicolás.
Piris: Jugador paraguayo que llegó a sus 29 años en 2018 para sumarse al plantel que dirigía Omar De Felippe. Había iniciado su carrera en Cerro Porteño, donde se destacó de tal manera que fue codiciado por varios equipos a nivel internacional. Finalmente, quien se llevó su ficha fue San Pablo, donde brilló a punto de ser llamado “el nuevo Alves”. De ahí pasó a la Roma, donde fue compañero de Danielle De Rossi y Francesco Totti. Luego militó en el Sporting de Lisboa y en Udinese. Continuó su carrera en México, donde jugó por el Monterrey y por el Club León. De ahí vino al Parque: jugó 10 partidos y no se destacó en ninguno. Forma parte del mismo universo que Camacho (ver letra C)
Quignón: Éste no lo hizo mal. Jugador ninguneado en River y San Lorenzo, encontró su lugar en el Newell’s utilitario de Osella, donde jugó 23 partidos en la temporada 2016/17. Siempre mostrándose para recibir de Mateo, generalmente la pasaba bien para Formica, Scocco o Maxi, y ellos procuraban terminar la jugada. El declive en el tramo final del torneo, que coincidió con el de todo el equipo y tuvo razones extrafutbolísticas, le valió que lo devolvieran a su club de origen. Hubo un sabor de injusticia en el ese final.
Reasco(s): Ver Los Reasco: Néicer y Djorkaeff
Sarmiento: No salió para nada bien, pero tampoco era necesario que terminara tan mal. Nos quedamos con el partido que jugó la noche del 26 de noviembre de 2017, cuando le ganamos 3 a 1 al River de Gallardo en el Monumental.
Tedini: Llegó al club a los 30 años para la temporada 1989/90 y venía con buenos antecedentes en Talleres y San Lorenzo. A poco de verlo jugar nos dimos cuenta por qué habían dejado venir a un jugador con tan buenos antecedentes. Perseguido por lesiones viejas y nuevas, no estuvo nunca en condiciones de ganarse el lugar de acompañante de la Chancha Cozzoni en la delantera, pese a competir por el puesto con un jugador tan inoperante como el uruguayo Raúl Eduardo Falero Robles, o juveniles como el Potro Cerino o Adrián Blas Taffarel. Jugó 16 partidos y convirtió dos goles, uno contra Estudiantes en un 1-1 en La Plata por la fecha 25° y el segundo en la fecha 31° en el triunfo 2-1 como locales de Platense. Tras irse del parque continuó su carrera en Sport Boys de Perú y se retiró en Atlético Marte de El Salvador.
Ustari: El arquero que vino para brindar la seguridad y confianza bajo los tres palos que no otorgaba el joven Hoyos en 2014 (ver letra H). Una década más tarde sucedió lo mismo en el Inter Miami cuando llegó para reemplazar a Callender y resultó exactamente igual. Quienes siguen los pasos de Messi en MLS sabrán a lo que nos referimos.
Valencia: Podría pensarse, a simple vista, que la incorporación de Carmelo Valencia a Newell’s no dio resultado, pero yo no estoy tan seguro de ello. Llegó a mediados de 2011 y fue dirigido primero por Torrente y luego por Diego Cagna. En total jugó 9 partidos y marcó le marcó un gol a Vélez en el Parque para rescatar un punto por la 7° fecha del Apertura. Considerando que era un jugador que había pasado por Nacional de Medellín (1 año), Real Cartagena (1 año), Deportivo Pasto (1 año), de nuevo Nacional (2 años), Millonarios (1 año), otra vez Nacional (1 año), Ulsan Hyundai (obviamente de Corea y obviamente 1 año); y que luego de Newell’s (1 año), pasó por La Equidad (1 año), Tianjin Jinmen Tiger (de China, 1 año), Beijing BSU (1 año), repitió La Equidad (1 año), América de Cali (1 año), Independiente Santa Fe (1 año), Deportiva Cúcuta (sí, 1 año) y Junior de Barranquilla hasta su retiro, lo que dio fue exactamente lo que podía esperarse de él.
Walter Reyna: Después de un año brillante en Central Córdoba —donde el Charrúa jugó la final del reducido por el segundo ascenso a primera división—, Walter Román Reyna fue una de las incorporaciones de Newell’s junto a Diego Armando Maradona. Jugó en tres oportunidades (ninguna de ellas coincidió con las cinco de Maradona) y debutó con un gol en cancha de River: el descuento de penal sobre el cierre, cuando el partido ya estaba 4 a 0. A la temporada siguiente volvió a Central Córdoba.
X: En las ecuaciones matemáticas, la X se utiliza para representar una incógnita, una incógnita como la que tenemos los hinchas de Newell’s acerca de cómo resultará la incorporación de Pipa Benedetto.
Yazalde: El brasilero Mário Jardel no fue el primer jugador de la historia en llegar a Newell’s un par de años después de haber ganado el botín de oro europeo por sus goles en Sporting Lisboa de Portugal. No. Antes que él lo tuvimos a Yazalde. La diferencia es que Chirola se cansó de hacer goles en los cuatro años que jugó en el club —entre 1977 y 1981— y la rompió. Un crack absoluto dentro y fuera de la cancha. Amor eterno a Héctor Casimiro (y a Carmen, que sigue siendo la más linda de todas)

Zé Turbo (Júnior José Correia): En el derrotero de este bisauguineano que arrancó en 2015 en el Inter de Milán y diez años después lo encuentra en el AEL Limassol FC de Chipre, se registra un paso por Newell’s. Llegó en julio de 2018 y se fue seis meses después. Jugó un solo partido en primera: 25 minutos en la derrota contra Aldosivi en Mar del Plata por 1 a 0. Por prudencia, no emitiremos opinión sobre su rendimiento.
PD 1: En estas semanas de mercado de pases también se habla mucho de ventas baratas y compras caras, de apuestas, de porcentajes adquiridos, de malos negocios, de inversiones a futuro. En definitiva, se habla mucho de plata, que es el motor del fútbol profesional. Y ya que todos hablan de plata, nosotros también: pueden darle clic a alguno de los siguientes botones y hacer un aporte económico al Newellsletter. Son cuatro opciones diferentes, especialmente pensadas para cada bolsillo de nuestros lectores.