Qué golazo, por dió
#36 | Liga Profesional 2024, fecha 17: Para compensar lo del empate contra Riestra, a Lanús se lo dimos vuelta con un zapatazo al ángulo de Matko Miljevic en tiempo de descuento.
El árbitro Espinoza ya había adicionado seis minutos y cuando le pegó Matko Mijael Miljevic estábamos en los 47’30”, como contra Riestra la semana pasada. Dos segundos más tarde la pelota se clavaba en el ángulo superior izquierdo del arquero de Lanús. Bien en el ángulo, en el ángulo ángulo, no es una forma de decir. 2 a 1 después de arrancar 1 a 0 abajo. Esta vez, condicionado por lo que sucedió ocho días atrás, me contuve de gritarlo. No quería que me pasara lo mismo. Quedaban todavía tres minutos y medio por delante y seguimos siendo medio boludos para defender (para muestra, la apertura del marcador).
Ahora me arrepiento: semejante golazo merecía un grito acorde. Es el sueño de cualquier futbolero ganar un partido con un gol así en tiempo de descuento.
También me arrepiento de haber insistido varias veces en que no me gustaba Miljevic. Sin ir más lejos, tenía pensado hacerlo de nuevo en esta reseña. Cuando ingresó Agustín Juárez por Juanchón García, el comentarista de TyC Internacional (en Pelota Libre elegí esa transmisión para no fumarme a Niembro, más adelante volveremos sobre el asunto) ponderó la cantidad de juveniles surgidos de las inferiores que Lunari puso en cancha para afrontar los veinte minutos finales. Dijo algo así como que el técnico les tenía confianza porque los conocía de haberlos entrenado en Reserva y empezó a enumerar jugadores: Silvetti, Juárez, Altamirano, Pérez, Miljevic. Sí, por error incluyó al argentino taekwondista descendiente de croatas que nació en Miami y arrancó su carrera en Argentinos Juniors. Mi razonamiento fue: “Mirá si será un fiasco como refuerzo que ni los comentaristas le conocen su carrera”. Y apunté la idea para incluirla.
Hermoso cómo me tapó la boca.
A partir de ahora tendré con Matko la fe de los conversos, hasta me parece pintoresca su pelada de monje de abadía benedictina. ¿Qué están esperando los dirigentes para hacer uso de la opción de compra del 50 por ciento de su pase? ¡Pónganse las pilas, loco, no se nos puede escapar un crack así!
Penal. Listo, gracias
De chiquito me enseñaron que es de mala educación rechazar un regalo. “La persona que te da algo es porque pensó en vos”, me decía siempre mi mamá. Entonces en los cumpleaños y las navidades tenía que poner cara de satisfacción cada vez que mi tía Hilda me regalaba medias o calzoncillos. Aprendí a no juzgar la generosidad desinteresada de quien obsequia un presente sin requerir algo a cambio, ya sea una prenda interior, una colonia Pibe’s, un par de ojotas o un penal.
Se ve que a Lunari su mamá le enseñó lo mismo, lo explicó bien clarito en la conferencia de prensa posterior al partido: “Después viene la jugada del penal, que no estoy para analizarla, estoy para disfrutarla. ¿Nos tocó? Bueno, penal. Listo, gracias y gol”.
De ninguna manera es penal (como no fue penal el que nos cobraron contra Riestra la semana pasada ni tantos otros) pero en el fútbol argentino se cobra cualquier cosa y entonces ya nada sorprende. Debemos tomarlo con el espíritu ligero de Lunari, sólo esperemos que lo mantenga y no haga como Zielinski, que se quejó con Espinoza porque le robaron el partido pero hace tres fechas dijo que sí fue penal una jugada exactamente igual de ridícula que le cobraron a favor contra Unión.
Vayamos a la acción en sí. Van 14 minutos del segundo tiempo, Lanús ya está ganando 1 a 0 y Newell’s avanza a la bartola en busca del empate. Hay un par de rebotes cerca del área, la pelota se levanta y está por caer en la zona asegurada por el arquero Losada, que se eleva bien alto con los brazos extendidos y la rodilla derecha flexionada hacia arriba, de acuerdo al manual del arquero que procura protegerse de un choque eventual en caso de disputa en el aire. Ahí es cuando aprovecha Juanchón García. Tiene chances nulas de quedarse con la pelota y ni siquiera intenta amagar un salto tímido, calcula rápido la trayectoria del movimiento del arquero y se pone en el medio. Nuestro número 9 se tiró el lance como hacen los que quieren sacarles guita a las compañías de seguro y se arrojan encima de un auto para denunciar que fueron atropellados. Es cuestión de exponer un poco el cuerpo, bancarse el magullón, asociarse con un abogado carancho, extorsionar emocionalmente al conductor desprevenido y obtener así un rédito lucrativo sencillo. Bueno, sencillo siempre y cuando no te pase como a Saul Goodman y los mellizos skaters, que la primera vez que quisieron chantajear a alguien fue a la abuelita de Tuco Salamanca.
Don Niembra
El sábado estuve solo en mi casa y lo ocupé en tareas hogareñas: corté el pasto, podé la madreselva, puse ropa a lavar, la tendí, se secó, la destendí, limpié la heladera, acomodé el frezer, baldeé los pisos de mosaico y enceré los de parquet. Cinco y veinte de la tarde ya tenía todo listo para instalarme frente al televisor con una cerveza previamente enfriada en el frezer ya ordenado. Pongo Pelota Libre y la única opción que funcionaba con normalidad en ese momento era la de ESPN. Comenta Niembro. Cagamos. Lo soporté hasta que en un momento le mandó un saludo lameculos a Nicolás Russo, diputado provincial de la provincia de Buenos Aires por el partido de Massa y ex presidente de Lanús. Suficiente para mí. Probé de nuevo las otras dos opciones que me ofrecía la plataforma pirata de streaming deportivo y no cargaba ninguna, ni TNT Sports ni TyC Internacional.
Entonces tomé una decisión drástica.
Desenchufé el cable HDMI que va del televisor a la notebook, la cargué conmigo y la llevé hasta la pieza. La puse arriba de una mesita, busqué la lustraaspiradora y me puse en modo Freddy Mercury en I want to break free. El ruido del artefacto electrodoméstico fue música para mis oídos. Evité seguir fumándome a Fernando Niembro y adelanté una tarea que en algún momento debería realizar. Win win.
Lo mejor de todo fue que después del gol de Lanús sí enganché la transmisión de TyC Internacional. Dejé de lado la lustraaspiradora, conecté de nuevo la notebook al televisor, me instalé en el sillón y, picando unos maníes, vi cómo dábamos vuelta un partido después de tres años y medio. Se me podría haber vuelto en contra que se instalara como cábala encerar los pisos y pasar la lustraaspiradora.
El once inicial de la fecha 17: Newell’s 2 - Lanús 1
