Ménde'z Old Boys
#24 | Liga Profesional 2024, fecha 6: Volvió el fútbol local y le secamos la nuca a domicilio a Chiqui Tapia. En el debut del Gallego Méndez, triunfo de visitantes contra Barracas en el último minuto.
El horario del partido fue perfecto para morigerar la abstinencia de un adicto en recuperación. Después de un mes de Copa América y Eurocopa, con partidos de mañana, mediodía, tarde y noche (por cierto, ideal para organizarme con las cuatro comidas diarias) resultó muy atinado que Newell’s jugara un viernes a las 3 de la tarde. No sé si hubiera podido esperar hasta el domingo a las 8 de la noche, por ejemplo. Mi rutina de muchísimas siestas durante los últimos treinta y pico de días estuvo acompañada por el fútbol. Sin ir más lejos, hace dos viernes atrás me clavé en continuado Alemania-España y Portugal-Francia, dos partidos que encima duraron 120 minutos cada uno.
En el regreso del torneo local, el primer cuarto de hora de Newell’s contra Barracas me recordó a la Eurocopa. El tiempo de descuento, también: lo ganamos con un gol en contra.
Ya sé que Ramírez viene torcido para el gol y por eso pretendió celebrarlo como propio, pero la pelota se hubiera ido al lado del palo si no rebotaba en los pies del arquero Sebastián Moyano. No hace falta trazar bisectrices ni hipotenusas para comprobar que la trayectoria de su remate solo debajo del arco tenía destino de gol errado, se nota en el gesto de los defensores de Barracas tomándose la cabeza. Incluso entre las repeticiones se alcanza a ver un primer plano del arquero preguntándole a un compañero “¿se iba afuera?” y lamentándose ante la inequívoca respuesta positiva. El árbitro Luis Lobo Medina, en su planilla, lo computó como gol de Moyano en contra.
De todos modos, esperemos que esto le sirva para recuperar la fe al uruguayo Juan Ignacio Ramírez, que había tenido un arranque de año demoledor y se le agotó la puntería cuando comenzaron los rumores de separación con su esposa. Si a él le sirve creer que el gol fue suyo, adelante, que se lo atribuya, hasta podría convencerse de haber ejecutado a la perfección una carambola maquiavélica si eso le mejora el espíritu. Como declaró entre risas en una entrevista post partido: “A veces hay que pegarle mal para que entre”. Lo que sí debería saber es que, si no hubiera sido gol, esa jugada lo podría haber perseguido eternamente bajo la forma de meme insidioso. En cualquier caso, puede respirar aliviado.
A propósito del carácter agónico del gol de la victoria, mi amigo Guille tuvo una revelación durante el partido, advirtió que podía tratarse de una estrategia sagaz: “No hay forma de ganarle al equipo de Chiqui Tapia si no es en los últimos minutos. Si les metés un gol antes, les regalan un penal después”, dijo a quien quisiera escucharlo.
Ahora nos volvimos a ilusionar
Es inevitable perder el juicio y no caer en el entusiasmo después de ver, al menos por un rato, que los jugadores de Newell’s son capaces de asfixiar la salida del rival y recuperar rápido la pelota. Desde acá fantaseábamos con eso hace un mes atrás. Escribí en el Newellsletter de bienvenida a Méndez: “Dice que el mejor técnico que tuvo fue el Loco Bielsa y que su modelo es el alemán Jürgen Klopp, que acaba de dejar el Liverpool después de nueve años. Pienso en eso y me doy manija con un Newell’s que te asfixie con la presión, que toque bien, con velocidad, que sea preciso, vertical, que vaya al frente, que Brian Aguirre sea Lucho Díaz y Panchito González, Mohamed Salah”. Brian Aguirre ya no está, lo vendimos a Boca, pero el paraguayo Cardozo insinuó algunas cosas interesantes. Si hubiera embocado el cabezazo que salió al lado del palo a los 18 minutos del segundo tiempo, seguramente hablaríamos con más entusiasmo de su rendimiento. Y, por añadidura, también estaríamos elogiando sorprendidos el centro milimétrico de Panchito González y destacando su actuación.
La que resultó definitivamente buena fue la presentación en sociedad del otro Méndez: Juan Ignacio. El ex jugador de Argentinos, Talleres, San Lorenzo y Vélez se mostró criterioso en el mediocampo, tanto en el manejo de pelota como en los relevos defensivos con Julián Fernández. Por cierto, Julián reemplazó a su homónimo Rodrigo y lo hizo bastante bien. El Pitbull estaba suspendido porque lo expulsaron en la derrota contra Instituto antes del receso y no se lo extrañó. Suponemos que en el próximo partido será el titular. O no, veremos. Por lo pronto parece que la competencia en el medio puede ser interesante, aunque la decisión final siempre estará dada en virtud de quién se pueda asociar mejor con Banega, que ayer jugó un partidazo.
Volvió a ser el Ever de los primeros partidos del torneo pasado, el que hacía todo bien y marcaba diferencia por su talento, su visión de juego y sus pases precisos. Pareciera que la mini pretemporada le vino fenomenal: físicamente volvió a estar fino, ágil, con capacidad de desequilibrio individual; como dijo Méndez (el DT, no el 4 ni el 26) en conferencia de prensa, “es un jugador por el que yo pagaría la entrada siempre”. Se mandó una sola cagada, la perdió en una salida al comienzo del segundo tiempo porque se durmió, lo anticiparon y pudo terminar en gol en nuestro arco, pero lo zafó el paraguayo Velázquez, que después de haber tenido que marcar a Vinicius en la Copa América difícilmente vaya a sentirse intimidado por la presencia en el área de un delantero de Barracas Central que se llama Jhonatan Candia. Las jugadas que Banega merecía que terminaran en gol fue alguna de las dos que reventaron el travesaño, dos tiros potentes de media distancia, bien direccionados tras sendas maniobras sutiles, una en el primer tiempo y la otra en el segundo.
Igualmente, lo más auspicioso alrededor del partido que hizo Banega fue que el entrenador lo reemplazó cerca del final por otro creativo cerebral: Gabriel Carabajal, un experimentado trotamundos que arrancó su carrera profesional en 2009 en un equipo de la B de Colombia (Patriotas Boyacá), después anduvo por un montón de clubes argentinos (Talleres, Godoy Cruz, San Martín de San Juan, Patronato, Argentinos y Unión) y también pasó por clubes de México (Puebla) y Brasil (Vasco da Gama y Santos). Es otro de los refuerzos positivos que llegaron en este mercado de pases (gestión Michaloutsos) y seis minutos en cancha le alcanzaron para aguantar una pelota en el círculo central, deshacerse de su marcador y poner un bochazo largo y pinchadito para el pique por derecha de Jeremías Pérez Tica, que entró al área con pelota dominada y metió el centro atrás para el pifie con fortuna de Ramírez.
Creo que en el mediocampo es donde tenemos mejor y mayor cantidad de opciones. Habrá que ver qué planes tiene el nuevo DT para Ezequiel Fernández (me gusta) y Matko Miljevic (no me gusta); a Cacciabúe ya le dijo que no lo tendría en cuenta (me da pena) y a Franco Díaz lo limpió la dirigencia (una boludez). Pero lo que más me intriga saber es si Méndez tiene pensado en el futuro cercano ir fogueando a mi tocayo Valentino Acuña, ahora en la selección argentina sub 20 participando del torneo de L’Alcudia bajo las órdenes de Diego Placente. Es cierto que Acuña recién tiene 18 años, pero tranquilamente se podría ir sumando de a poco al plantel de primera si el equipo llegara a consolidarse en este semestre.
Mejor me calmo un poco. Apenas ganamos un partido de pedo en el último minuto.
El once inicial de la fecha 6: Barracas Central 0 - Newell’s 1
PD 1: En la previa del partido el club anunció la contratación del defensor Saúl Salcedo, el tercer paraguayo del plantel. Creo que va a andar bien.
PD 2: Dijo Méndez que, para completar el plantel, quizás le faltaría un segundo número 9 pero que igual estaba muy conforme con el mercado de pases.