Lionel Messi, carnet número 99.231
#10 | El hincha de Newell's más amado en el mundo cumplió 37 años el 24 de junio. En lugar de celebrarlo, un puñado minúsculo de otros hinchas de Newell's se dedicó a despreciarlo. Están locos.
No sé quiénes me dan más lástima, si los progres que critican a Messi porque no se expide en contra de la ley bases, el cierre de Télam, el glifosato y la sinarquía internacional, o el grupito de hinchas de Newell’s que lo bardea porque no dice que va a venir a jugar acá en algún momento. Son dos minorías intensas, sobre todo de redes sociales, que lloran más que los mexicanos. Hay que ser pelmazo.
La última de los progres fue agarrarse de una declaración de Mbappé para decir que él sí tiene conciencia de clase y se posiciona en contra de la ultraderecha, no como Messi que no por casualidad se fue a Miami al club de un cubano anticastrista. Y la de ese puñadito chillón de hinchas de Newell’s fue quejarse por el saludo de cumpleaños que el lunes 24 se publicó en las cuentas oficiales de Twitter, Facebook e Instagram del club. Tomo al azar uno de esos lamentos insufribles: “No se por qué idolatramos a un tipo que nunca jugó en nuestro club, que nunca se pone la camiseta y que ni nos menciona”. ¿Cómo no vamos a idolatrar al mejor jugador de fútbol de la historia? ¿En serio lo vas a tratar de “tipo”? ¿Qué clase de reclamo es “ni nos menciona”? Le piden a Messi que haga demagogia, que diga un par de frases vendehumo para después replicarlas y seguir sumando espuma a esa cosa irritante que llaman folclore.
Lo más gracioso es que lo hacen en nombre de un supuesto fanatismo purista y se les vuelve en contra.
Hace unos años, cuando la selección argentina perdió la final del Mundial contra Alemania y luego la Copa América dos veces contra Chile, se llenó de pánfilos anti Messi que lo acusaban de pecho frío y pavadas por el estilo. Incluso había hinchas de Central que se ensañaban aún más con él por su reconocida filiación leprosa y se sumaban felices al coro de los que le decían “Friessi” (qué costumbre tan poco ocurrente esa de modificar apellidos con propósitos despectivos) mientras los de Newell’s lo defendían incondicionalmente. “Te hicimos odiar al mejor del mundo”, era el latiguillo por aquellos días. Ahora que sí ganó la Copa América, el Mundial y que es unánime el reconocimiento de todos los futboleros de Argentina, a un par de hinchas nuestros se les da por ponerse en boludos y lo menosprecian en las redes sociales: “Por dios, le siguen mandando saludos, hacen que cada día me sienta más alejado de apoyar a esta CD. No tiene nada que ver con Newell's este muñeco, ¿que más falta para que lo entiendan?”. El comentario de ese y de otros arroba nob no sé cuánto fue sistemáticamente comentado y retuiteado por hinchas de Central: “¿Cómo era eso de que te hicimos odiar a Messi?”. Siempre es divertido cuando les toman el pelo a los que sobreactúan fanatismo.
En un montón de entrevistas a lo largo de su carrera, Messi dijo que de chiquito soñaba jugar en la primera de Newell’s. Iba a la cancha con su familia, estuvo el día del debut de Maradona en el Parque, siguió al equipo en la época de Manso. Como parte de la categoría 1987, jugó 176 partidos entre 1994 y 1999 y metió 234 goles (siempre es buen momento para meterse en YouTube a ver esos videos). Y si no pudo cumplir con su sueño de llegar a primera, en parte, fue porque Eduardo López, el siniestro incompetente que presidía el club por aquellos años, decidió que Newell’s no podía pagar los 890 dólares mensuales que costaba su tratamiento hormonal (ese dinero lo aportaban la Fundación Acindar, empresa donde trabajaba el padre, y sus primeros representantes, Fabián Soldini y Martín Montero). No fue la única razón, es cierto, pero sí la que abrió la chance para que buscara otros horizontes. En una entrevista que le hice a Soldini el año pasado para la revista Jot Down cuenta cómo fue ese momento (se puede leer acá)
La charla fue antes de que Leo partiera del PSG al Inter Miami y, por supuesto, apareció la pregunta sobre una posible chance de venir alguna vez. Dijo Soldini: “Creo que cuatro meses puede venir. Cuatro meses por la cuestión impositiva que tiene el país que, cuando venís, tenés que tributar todo lo que hiciste allá. Una locura. Pienso que puede venir cuatro meses. Para mí, Leo puede, se tiene que dar el gusto. Sé que lo siente, que lo quiere, que le gustaría".
Pero está claro que no es fácil, o al menos debería ser comprensible que no lo pueda garantizar. Lo explica el periodista Gastón Edul, alguien cercano a los jugadores de la selección argentina, en un pasaje de su libro “Revolución Messi”, que se enfoca en los meses posteriores a Qatar y en cómo se gestó la llegada de Leo a Miami:
El Kun Agüero dijo el 26 de febrero que Messi estaba pensando seriamente la posibilidad de jugar en Newell’s. ¿Hay chances reales de que se concrete o es sólo una utopía? Objetivamente, es muy difícil, y no por el incidente ocurrido el 2 de marzo en la puerta de un supermercado de la familia Roccuzzo en Rosario, que recorrió los diarios de todo el mundo, la complejidad radica en que Leo ya es patrimonio nacional. Haber ganado la copa del mundo lo cambió todo, ya no es el mismo que hace unos años, su figura se agigantó a niveles insospechados en todos lados y la devoción en nuestro país es total. El contexto es otro y la posibilidad de jugar en la liga argentina se vuelve cada día más inverosímil.
Es cierto que él siempre tuvo el deseo de jugar en Newell’s y así lo declaró a la prensa en más de una oportunidad. Cada vez que lo dijo fue de manera genuina, pensaba que en serio podía darse el gusto de jugar en el club del que es hincha y donde dio sus primeros pasos como futbolista; no era simplemente que quería, sentía que podía. Pero con el paso del tiempo se fue dando cuenta de que es cada vez más difícil instalarse y pasar un tiempo prolongado en Argentina, que la cotidianidad de su vida y la de su familia no sería sencilla. Sin embargo, volverá a ponerlo sobre la mesa en la conversación con Migue Granados: “En lo personal siempre estuvo la idea, y más después de haber sido campeones del mundo, de disfrutar del fútbol argentino, de jugar en Newell’s, que yo era chiquito e iba a la cancha. Era mi sueño jugar ahí”.
Hay que observar dos detalles de sus palabras: el primero es el uso de los tiempos verbales (“estuvo la idea”, “era mi sueño”), manifestó sus sentimientos con sinceridad pero tuvo la precaución de usar el pasado y no el presente para que nadie se genere falsas expectativas; el segundo es que lo dijo el 21 de septiembre de 2023, tres meses después de haber firmado contrato por dos años con el Inter Miami.
El día del homenaje a Maradona
Los obtusos que le reprochan a Messi no tener nada que ver con la historia de Newell’s quizás no sean conscientes de que su actitud cuando homenajeó a Maradona fue demasiado: puso a nuestros colores en los diarios, teléfonos y televisores de todo el planeta. En un mismo movimiento dijo “yo soy de Newell’s” y, de paso, le recordó al mundo que Diego vistió la camiseta rojinegra. ¡Mirá si no lo vamos a celebrar a Messi como uno propio todo el tiempo! Distinto sería si nos jactáramos de que Nicki Nicole es hincha del club, pero estamos hablando de Messi, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos (para mí es el mejor, pero no me interesa entrar ahora en esa discusión). Claro que sería perfecto si encima jugara alguna vez en primera, pero no creamos que nos debe algo. Al contrario, agradezcamos que no es rencoroso y jamás dijo una sola palabra pública sobre cómo la institución le dio vuelta la cara hace veinticinco años.
¡Viva Lionel Andrés Messi Cuccitini!
PD 1: En la semana me llegó un correo electrónico de un lector, Oscar Azagra, que compartió conmigo una historia extraordinaria. Pensé incluirla en esta entrega, como parte de mi defensa irrestricta hacia Messi, pero es tan buena que preferí dejarla para otra oportunidad.
PD 2: También en estos días terminé de leer “Hasta las nubes llega el clamor”, un libro reciente de Gustavo Báez. Es espectacular. El sábado que viene lo voy a comentar acá.
PD 3: Qué buena foto Messi en la platea de la visera. Es del año 2005.
Los conceptos claros, las palabras precisas, no es necesario ni se puede agregar nada. Felicitaciones, una notaza!!! Impecable.