Highway to Hell
#42 | Liga Profesional 2024, fecha 23: Cualquiera viene al Parque Independencia y se lleva tres puntos. Oferta ilimitada hasta nuevo aviso.
Me tomé unos días después de una nueva derrota de local, esta vez contra Central Córdoba de Santiago del Estero, para no escribir bajo emoción violenta pero creo que fue peor. Porque el miércoles a la noche, al menos, estaba enojado, ahora estoy deprimido.
Veo el apocalipsis. Now.
Cuando Dante Alighieri llegó a la puerta del infierno para iniciar su viaje por el inframundo, lo esperaba esta inscripción: “Abandonar toda esperanza, quienes aquí entráis”. Un cartel similar deberíamos encontrar el martes 26, día del próximo partido de local, en la puerta del Estadio “Marcelo Alberto Bielsa”. Tal vez sea un momento oportuno para reemplazarlo por ese que dice “Bienvenidos a la casa del campeón”.
—Che, ¿anda mal Newell's?
—No sabemos como se llama el técnico, imaginate
Por tercera semana consecutiva, la reseña de un partido incluye un tuit de @Tengo1teoria, lo que me hace acreedor a un asado en la terraza de @ElContra20, un amigo en común: de las pocas cosas para rescatar del partido contra los santiagueños.
Ni siquiera funcionó la magia
Tras el despido de Ricardo Lunari como DT interino, hace dos semanas planteamos esta idea: “Si consideramos que Larriera debutó el 25 de enero con un triunfo, que Méndez debutó el 19 de julio con un triunfo y que Lunari debutó el 21 de septiembre con un triunfo, tal vez no sea una mala idea apostar a la magia y poner a alguien random para que debute el 20 de noviembre con un triunfo”. No hubo caso: la gabrieldelvallemedineta no se puso en marcha. El consuelo que me queda es que esta vez no fui a la cancha y tampoco ganamos, de manera que no se me puede acusar de fierro.
Todo mal. Sin luces y desenfocado. El causal de mi agonía. En caída libre. Siempre se puede estar peor. Ya no tiene gracia. Más de lo mismo. El día de la marmota. Y ojo que todavía no tocamos fondo. El peor equipo del torneo. Hasta el último puesto no paramos. Todos estos fueron titulares del Newellsletter en los últimos meses, no sé cuánto más pueda decirse. Como bien apunta mi sobrino mientras me mira escribir esta reseña: “¿por qué no cortás y pegás la de la semana pasada, si total es lo mismo?”. Por cierto, estas últimas líneas ya fueron escritas —de manera textual— el 15 de junio, luego de la derrota de local contra Instituto.
En la previa de ese partido también veníamos de despedir a un DT (Larriera) y en el banco de suplentes había un interino (Coria). No fueron las únicas coincidencias:
Al paraguayo Velázquez lo convocaron de su selección y el elegido para reemplazarlo fue el juvenil Tomás Jacob. Pobre, es muy probable que en dos partidos haya sentenciado su futuro en el club. Y encima Glavinovich no ayuda. Cuando debutó me entusiasmé (tal vez demasiado), lo vi sólido en la marca, valiente para salir jugando y con buena técnica, hoy parece un improvisado. Como tienen 20 y 22 años respectivamente, pienso que todavía están a tiempo de mejorar, sumar confianza, consolidarse en el puesto, que a lo mejor convenga llevarlos de a poco, no precipitarlos en primera siendo tan jóvenes; hasta que me acuerdo de que Gamboa tenía 19 años y Pochettino 18 cuando Bielsa los puso como dupla central titular en el Apertura 1990.
Ian Glavinovich y Tomás Jacob fue la zaga que dispuso el interino de turno contra Central Córdoba de Santiago del Estero. ¿Ya dije lo del día de la marmota, no?
A propósito de Pochettino, estuvo en la cancha como invitado especial y fue testigo directo del horror. Imagino que se debe haber querido tirar desde la bandeja nueva. Lo positivo para él es que al menos pudo ver en acción a Matko Miljevic —jugador nacido en Estados Unidos—, a quien suponemos que está siguiendo para convocar a la selección.
Llegó la hora de Soso
El elegido (ponele que le quepa el término) para tomar el timón de este barco —que no está a la deriva sino que va directo a ponérsela de frente contra los pilotes de un puente— es Mariano Soso, un director ténico de trayectoria austera, cuyo principal atractivo en este contexto es su condición de hincha fanático de Newell’s. Y yo agregaría otro: su apellido, una usina de chistes fáciles en caso de que su equipo no juegue a nada.
Por fuera de esas dos características, no hay mucho para entusiasmarse por más que lo intentemos. En estos días me he cruzado con hinchas de San Lorenzo que no guardan un buen recuerdo de su paso por el club. “No importa —traté de convencerme a mí mismo—, ya pasaron cuatro años de esa experiencia y puede haber progresado desde entonces”. El problema es que los hinchas de Alianza Lima de Perú (club del que acaba de desvincularse) me la hacen complicada con sus comentarios en redes sociales.
Lo que me devolvió la confianza fue el diagnóstico previo que hizo una de mis cuentas favoritas de Twitter: Análisis Táctico Leproso. Pueden leer el hilo completo haciendo clic acá, pero —en resumen— dice que le tiene algo de fe.
Como corresponde a la irracionalidad veleta del hincha promedio de fútbol, en este momento procedo a dejar de lado la desesperanza irremontable del comienzo y me sumo acríticamente al optimismo (total, este año ya lo hice con Larriera, con Méndez y con Lunari).
Además, en nuestro equipo juega Toto Silvetti, el Lamine Yamal rubio.
El once inicial de la fecha 23: Newell’s 2 - Central Córdoba de Santiago del Estero 3
PD 1: Que al presidente Astore ni se le ocurra venderlo a Silvetti. Mucho menos para usar esa plata en traer refuerzos pedorros. Es preferible quedarse con lo que hay antes que sacrificar al Toto.
PD 2: El golazo de Silvetti merecía una victoria, pero los volantes de contención y los defensores estaban en otra —como casi siempre— y regalaron el partido. Prefiero ni acordarme de la carambola desgraciada del segundo gol de ellos
PD 3: El día en que perdimos contra los santiagueños coincidió con el cumpleaños del Tata Martino. Los jugadores no fueron capaces de honrarlo con una victoria pero nosotros sí: con este panagírico.