Simplemente Keylor
#63 | Apertura 2025, fecha 13. Puede sonar reiterativo pero de nuevo nos salvó el arquero Navas, esta vez contra Argentinos Juniors. 0 a 0 de local. Puntazo.
Es cierto que desperdiciamos las seis primeras fechas contra los rivales más sencillos y que ahora estamos pagando las consecuencias, pero igual da bronca ver que la zona B es mucho más fácil. Los 15 puntos que en la zona A nos dejan en el undécimo puesto (por ahora, al final de la fecha podemos terminar en el duodécimo), en la B nos ubicarían en el séptimo y estaríamos clasificando a la próxima fase. Nos quedan tres fechas por delante (Unión, Huracán y Racing) y las probabilidades se van reduciendo. De todas formas, no hay que perder la fe: Christian Fabbiani le devolvió la competitividad a Newell’s
En los 90 minutos contra Argentinos Juniors, quedó claro que ellos son mejores y que merecían haber ganado, pero no les alcanzó para doblegar a Keylor Navas. Hace más de cuatro partidos que no recibe goles, aunque dicho así pareciera que él no tiene nada que ver y eso es injusto. No recibe goles porque los evita deliberadamente. El mérito es suyo. Los rivales patean entre los tres palos que conforman el arco y él se ocupa de impedir que superen la línea de meta: vuela como Fillol y desaparece el peligro. Es el santo patrono de la seguridad, nuestro San Miguel Arcángel, el que nos protege de los goles rivales a fuerza de revolcones. Desde Justo Villar que no veíamos algo así. Ya sé que después Sebastián Peratta tuvo partidos increíbles y que más tarde Nahuel Guzmán se volvió una garantía, pero no es como lo de Navas: Keylor está en otra dimensión. Puede tapar doce pelotas de gol —como contra Tigre— o simplemente dos, pero su misión es desanimar a los rivales, minarles la moral, que lo vean inexpugnable y se depriman. Mantener el cero en el arco propio es el motor de nuestra ilusión.
Hace cuarenta y siete días que no perdemos. Cuarenta y siete, un cuatro en el casillero de las decenas y un siete en el de las unidades. Es un montonazo.
Claro que el mérito no es únicamente de Keylor Navas, para nada. El verdadero mentor de este renacer es un gordo con pinta de chantapufi que se llama Cristian Gastón Fabbiani, alguien que no me despertaba demasiado entusiasmo pero que me ha llevado a rendirme ante la evidencia. De su mano, Newell’s dejó de ser un equipo pánfilo que hace beneficencia con los rivales, para convertirse en uno pragmático, bien hinchapelotas, en once voluntades conscientes de sus limitaciones que se dedican a correr y a presionar como tarea principal, y que juegan cuando pueden. Con esa receta, sacamos 12 de los últimos 18 puntos en juego.
No sé si hay mucho más para decir, sólo reafirmar la idea de que el formato de torneo es una mierda, porque un equipazo como Argentinos Juniors, que juega muy bien y viene realizando una excelente campaña, está expuesto a quedar eliminado en los playoffs que comenzarán en un mes contra un rival menor.,
Y si Newell’s se llega a meter entre los clasificados, cuidadito que —en tanto que rival menor— está en condiciones de arruinarle la vida cualquiera.
El once inicial de la fecha 13: Newell’s 0 - Argentinos Juniors 0
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PD 2: Nuevamente resolví mirar el partido de soslayo, con indiferencia, sin prestarle la suficiente atención, con la idea de repetir la cábala de los dos anteriores y ver si alcanzábamos un nuevo triunfo. No pudo ser. Me siento habilitado entonces para volver a las gradas contra Huracán.
PD 3: A ese próximo partido de local, voy a llevar a la cancha a un amigo mexicano hincha del Atlas, sufrido como nosotros. Para que su experiencia de conocer el Coloso del Parque sea inolvidable, es necesario que le ganemos a Unión la semana que viene. Señores jugadores, por favor, pónganse las pilas.
PD 4: El presente Newellsletter es más corto que lo habitual porque ya entramos en veda electoral.
De rodillas le pido al futbol, un golecito (o una atajada de Navas) por favor….
Keilor y Perón, un solo corazón.
Te venía marcando lo de Jacob. Ayer la gente lo aplaudió a rabiar.
Después de tanto burro aclamado por meter una pata fuerte, este mete, sabe con la pelota y es nuestro.. Pecó de exceso de confianza en los dos tiros al arco que intentó, pero eso no hizo mella en el reconocimiento popular.