Maradona es de Newell's Old Boys
#15 | ¿Cómo se palpita un día histórico cuando uno está incomunicado arriba de un colectivo de larga distancia?
Yo ya lo sabía porque me lo había asegurado mi papá en la terminal, me dijo que estaba hecho, que esa noche lo cerraban, que me quedara tranquilo. Pero eso sí, me pidió que no se lo dijera a nadie. La advertencia era para mandarse la parte. Siempre le gustó ese papel del que tiene la posta y la va de misterioso: “Reserva absoluta”, decía cada vez que te contaba un secreto, en realidad, cada vez que te hacía creer que eso que te contaba era un secreto. Me pidió que no se lo dijera a nadie como si yo, arriba de un colectivo que estaba a punto de salir para Bariloche de viaje de estudios con mis compañeros del Normal 2, pudiera poner en riesgo la llegada de Maradona a Newell’s.
Era miércoles 8 de septiembre y tres días antes habíamos estado en el Monumental viendo cómo Colombia nos metía cinco y casi nos deja afuera del Mundial 94. Nos salvó que Paraguay no pudo ganar en Perú, que terminaron dos a dos y quedó un punto abajo. Si Paraguay metía un gol más, nosotros quedábamos terceros y al repechaje con Australia iban ellos. Maradona también estuvo ese día en cancha de River. Antes del partido le cantamos Maradooó Maradooó y saludó desde su platea. La tribuna era una fiesta, la clasificación iba a ser un trámite. Cuando Colombia metió el cuarto gol a los 30 minutos del segundo tiempo y Argentina quedó a merced de lo que pasara en el Estadio Nacional de Lima, también volvimos a gritar Maradooó Maradooó pero ahora como un modo indirecto, o no tanto, de ofender a los jugadores que estaban penando contra Valderrama, Asprilla, Valencia y Freddy Rincón. El festejo por el dos a uno de Perú tranquilizó el clima un ratito, volvieron los reproches y los silbidos cuatro minutos más tarde cuando Paraguay empató con un gol de Alfredo Mendoza tirándose al suelo después de un centro que le bajó Carlos Torres. ¿Qué hubiera pasado si alguno de los dos convertía un tercer gol en los diez minutos finales? Muy simple: nos perdíamos el Mundial y ya no sería necesario que Maradona volviera con urgencia al fútbol argentino para estar disponible con la selección y jugar los partidos por el repechaje contra Australia del 31 de octubre y el 17 de noviembre. Tampoco Mendoza ni Torres habrían sido compañeros suyos con la rojinegra. Mendoza era el 11 titular de Newell’s desde comienzos de 1992 y Torres llegó como refuerzo unos días después de que firmara Diego.
La prensa porteña decía que iba a jugar en Argentinos, San Lorenzo o Boca, que la plata de Torneos y Competencias, que la relación con el Bambino Veira, que la influencia de Menotti. Mis compañeros hinchas de Central pensaban lo mismo. “¡Qué va a venir a Ñul, -se burló Sebastián cuando conté en el colectivo lo que me había anticipado mi papá- tu viejo habla al pedo!”. Lo decía porque lo conocía pero también como una forma de negación, de exorcismo, no podía imaginarse verlo a Maradona con la camiseta de Newell’s. Yo tampoco. Pero si mi papá había dicho que sí, era sí. Hablaba al pedo pero con las cosas serias no jodía.
No tiene demasiado sentido caer en la obviedad de recordar que hace treinta y un años no existían los teléfonos celulares y que las noticias no se seguían en tiempo real, que arriba de un colectivo con destino a Bariloche era imposible conocer otra información que no fuera la que provenía de los carteles verdes de la ruta con la cantidad de kilómetros que faltaban para llegar al parador de General Acha. Ahí había un teléfono público, quería llegar y llamar a mi casa para comprobar que efectivamente mi papá no jodía con las cosas serias, que le iba a arruinar el viaje a Sebastián.
Habrán sido las once de la noche, atendió mi mamá. No tenía novedades, no había hablado con mi papá y en la radio todavía nadie confirmaba nada. Los 859 kilómetros de General Acha a Bariloche iban a ser largos. ¿Y si el viaje de estudio se me arruinaba a mí?
No me acuerdo si dormí, si pasamos de largo la noche, si cuando paramos a desayunar en Piedra del Águila supimos algo, lo siguiente que me acuerdo es llegar a Bariloche y buscar el primer puesto de revistas para tratar de encontrar algún diario de tirada nacional. Ahí estaba Crónica, firme junto al pueblo:
EL “REBELDE” BORDÓN QUIERE TENER UNA REUNIÓN “A SOLAS” CON EL PRESIDENTE.
EDUARDO MENEM: “VOTAMOS HOY AUNQUE PERDAMOS”.
VINO ENVENENADO: SUMAN 19 LAS VÍCTIMAS FATALES.
UOCRA ADVIRTIÓ SOBRE EL PELIGRO DE UN DERRUMBE.
MARADONA ES DE NEWELL’S.
Mi papá no me había mentido.
Bonus track 1: Los 145 días de Maradona en Newell´s
Cuando se cumplieron treinta años de su llegada, escribí para la revista española Jot Down Sport sobre sus casi cuatro meses de estadía en el club. La nota fue publicada el 3 de noviembre de 2023 y puede leerse en este link.
Bonus track 2: El genio es rojinegro
En esa nota cito una canción del Trova Jaime que no suele ser revisada cuando se evoca el paso de Diego por el Parque Independencia:
“Nuestra hinchada te dará calidez y protección para que demuestres que sos el mejor”, decía el estribillo de una canción que hoy casi nadie recuerda. La compuso el autor de la marcha oficial del club y la candidez de la letra quizás sea una muestra del escaso marketing de la época y el espíritu artesanal -impensables en la actualidad- que rodeó la llegada de Maradona a Newell’s.